Carta a mi esposo...


Han pasado algunos años desde que te vi por vez primera...


Con tu melena larga y mirada desinteresada, con tus aires de grandeza disfrazados de humildad bien expuestos en tu gran inteligencia.
Un joven "peligroso", un muchacho rockero con tintes de un joven realmente estudioso, sin embargo lejano y prohibido por tabúes familiares, por extractos sociales, por creencias diferentes...
Y fueron varias citas, algunas planeadas y otras convenientemente espontáneas. Compartimos algunas palabras, algunas risas y muchas boberías que nos causaron alegría.
Compartimos también miradas y sonrisas y una que otra coqueta e inocente caricia.
Decidimos entonces iniciar una historia que se compondría de un sin fin de melodías... De rencores infundados, de recuerdos amargos, y suspiros compartidos... ¡Que al final siempre desencadenaron en una felicidad que se multiplica día a día!
Nuestros ojos llorando en la oscuridad de la noche siempre enjugados por una suave mano y un tierno beso que ha rescatado el alma todo el tiempo de los más profundos adentros.
Hemos vivido un sin fin de momentos que se han vuelto ciertamente eternos cuando se detiene uno un segundo a pensar en ellos... Porque desde aquel instante paramos de medirnos en tiempo para medirnos en situaciones vividas, en alegrías y tristezas compartidas... En nuestro amor entrelazado que aumenta con cada suspiro, caricia y mirada que nos entregamos en esta vida…
Y es hoy, después de todos estos años que te miro a los ojos y me veo en ellos, no reflejada sino grabada en el fondo de tu alma, siento tu amor dentro de mi corazón, tan ardiente que me quema... Quiero gritarlo al viento y que éste lleve mi mensaje al último rincón del universo... Y sin embargo prefiero susurrarte un 'te quiero' adornado con caricias esperando que me mires y en mis ojos puedas verte también en lo más profundo de mis pensamientos, tatuado en el lugar más privilegiado de mi corazón, sentado en el trono de mis sentimientos, adueñándote de mis más profundos y felices recuerdos...
Hoy he decidido grabar mi nombre junto al tuyo en los libros que la ley dicta como un símbolo de lo que desde hace tiempo te he prometido. Desde hoy ante los hombres seremos el uno del otro, cosa que ya somos desde aquel día en el que decidimos parar de medirnos en tiempo, para medirnos amor mío en nuestros eternos momentos...

Ayer, hoy y siempre...
Eternamente...
Soy Tuya...


Te amo
MrS.Langley

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